LOS SEISES DE SEVILLA, 8 DICIEMBRE



Los Seises http://www.catedralsevilla.org/liturgia/seises.htm
En la actualidad, los Seises son diez niños, en edades comprendidas entre los 9 y 12 años, que realizan una danza sagrada en el presbiterio bajo de la Catedral de Sevilla en tres ocasiones al año. Una de ellas en la Inmaculada el 8 de Diciembre. Y la otra importante en el día del Corpus.
Los seises de la Catedral de Sevilla tienen una prehistoria y una historia. La primera es común a la de otras catedrales de España, cuyos documentos catedralicios denominan Seises a los niños cantores. La segunda es propia de alguna que otra catedral, aun cuando sólo Sevilla los ha conservado a lo largo de los tiempos. Se refiere aquí a los Seises como danzantes: la modalidad que nosotros conocemos hoy y a la que nos referimos cuando usamos actualmente este nombre.

Danza sagrada. Seises, en cuanto danzantes, se remontan, por lo menos, al año 1508, como consta en los documentos de la Catedral hispalense. Pero como conjunto, formado por 10 niños que danzan regularmente en la octava de Corpus, arranca de 1613.
Bailaban tres danzas sagradas antes de salir la procesión del Corpus, como lo hacen todavía hoy, en el trascoro de la Catedral, frente a la Custodia, el Arzobispo y el Ayuntamiento y Tribunal de la Inquisición. Durante la procesión lo hacían también ante el Real Acuerdo y Tribunal de la Contratación de Indias, reunidos en el edificio de la Audiencia (plaza de San Francisco) y, a veces, en la plaza del Salvador, ante la puerta de la Colegiata. El último día de la Octava del Corpus lo hacía en el coro, mientras se formaba la procesión que debía llevar al Santísimo al Sagrario.
Desde 1613, los Seises ejecutan una danza sagrada, en el presbiterio bajo, durante los ocho días de la Octava del Corpus, gracias a la fundación y dotación del arcediano de Carmona, don Mateo Vázquez de Leca. Don Gonzalo Núñez de Sepúlveda costeó los bailes de la Octava de la Inmaculada (en 1655), para que se realizaran a imitación de aquellos del Corpus y, unos años más tarde, comenzó el Triduo de Carnaval, gracias a la dotación económica de don Francisco Contreras Chávez (1695).








Las castañuelas. Los primeros Seises bailaban llevando en sus manos lanzas, palos, espadas, sonajas, etc...Por fin aparecieron las castañuelas (1667). Este uso parece provenir de las danzas profanas que el Ayuntamiento sevillano costeaba para la procesión del Corpus.
Los trajes. Han ido cambiando con los tiempos. En el s. XVII, siguiendo la moda flamenca del momento, se enriquecieron con bordados, valonas, golillas, lazos, cintas... tomando mucho brillo y oropel. Se llega así al traje actual de pajecillos.
Desde la creación de la Octava del Corpus e Inmaculada, se emplean trajes de color rojo para la primera y de color celeste para la segunda. En el Triduo de Carnaval se usan los mismos del Corpus.
Como dato curioso, en 1657 el cabildo catedral ordena al maestro de Capilla, responsable de los niños Seises, que sus trajes sean renovados cada 8 años, asignándose, para ello, una dotación especial.
Partituras y forma de los bailes. Por desgracia no conservamos los bailes antiguos del periodo
renacentista ni del Barroco. Tan sólo contamos con alguna que otra obra de Hilarión Eslava (1807-1887), Evaristo García Torres (h.1834-1902) y Eduardo Torres (1872-1934). Su forma es siempre la de villancico, a la manera del siglo XVII: introducción, estribillo (con final instrumental y castañuelas) y coplas.
La catedral hispalense y los sevillanos en general, han guardado con celoso cariño y como joya multisecular muy preciada una realidad que ninguna otra ciudad de España e incluso universal ha sido capaz de mantener viva e incluso con plena vigencia.


















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